lunes, 16 de septiembre de 2013

White and in Botella

Cuando hace unas semanas Google dejó de funcionar durante cinco minutos, medio mundo se paralizó. A decir verdad, yo ni me enteré, pero me imaginé la monumental bronca que el jefazo del buscador le daría al causante. Me veía a ese hombre luego recogiendo los enseres de su escritorio, incluida foto de familia, y colocándolos en una caja de cartón (muy americano, sí, pero es lo que tengo en el imaginario). Cinco minutos de apagón se tradujo en una pérdida para el buscador de más de 400.000 euros. Luego ya me explicaron que este tipo de fallos son algo más complejos de evaluar y que no dependen tanto de un técnico teniendo que introducir unos códigos y pulsando una tecla de manera periódica, como en la estación El Cisne de la serie Lost.

Una vez un informático me aseguró que no existen fallos matemáticos por mucho que Ana Rosa Quintana nos intentara convencer, sino que los errores siempre son humanos. Básicamente porque tras la programación está la mano del hombre. Igual que tras el discurso de “a relaxing cup of café con leche en la Plaza Mayor” de Ana Botella, que ha reventado estos días las redes sociales, implacables para este tipo de cuestiones y más si hay un político de por medio, aunque no tan efectivas como sostiene Javier Marías.

No voy a despotricar más de la alcaldesa de Madrid, que lo suyo ya se ha llevado en infinidad de parodias, que ha impulsado la venta de tazas y que hasta tiene un temita de dance. Aunque sí me acordé del pobrecito (menos pobrecito cuando he visto publicado que cobró un millón de euros) que le redactó el discurso.

Conozco a más de un político y sé que cuando la pifian y fracasan buscan cortinas de humo y culpables. Por lo general, los encuentran a su alrededor. Y los asesores de prensa suelen estar a un palmo de ellos. Admitamos que la oratoria de la regidora del Ayuntamiento de Madrid ante los miembros del COI fue como decirlo… patética, pero también reconozcamos los dotes hispanos para hablar en público y nuestro nivel de inglés. No digo tener un B-2 o un First. Aquí o se sabe inglés o no se sabe. Es como o estás con tu novia o no. Entiendo que fastidie que para optar a un puesto de administrativo a media jornada en una gestoría de un pueblo te pidan dos master, ser bilingüe y un tercer idioma y que luego se suba a un atril esta señora y hable como si estuviera en una guardería.

Lo primero que me pregunté es por qué en la oratoria de su vida no se estudió la pronunciación como un loro y más teniendo en cuenta que hubo hasta un tartamudo que se dirigió a su pueblo en el comienzo de la II Guerra Mundial (El discurso del Rey). Se la preparó (por la Botella) durante tres semanas, pero dado los resultados los 21 días se quedaron cortitos. Lo cuenta el asesor del equipo Madrid 2020, Terrence Burns, que confiesa que acuñó la frase “a relaxing cup of café con leche…”, que se quedó satisfecho con los resultados y que a la vez entona el ‘mea culpa’ (algo contradictorio).


                                         Imagen de Luther King tomada de iphone.latercera.com.

Los españoles también somos mucho de a toro pasado y no de reirnos de nosotros mismos, sino de despellejarnos. Y no nos engañemos hacía falta un Martin Luther King para que nos lleváramos los Juegos Olímpicos. Es como encargar un gran proyecto económico mundial a una empresa en concurso de acreedores. También se vería esa frase chispa desde otra perspectiva si España hubiera ganado a Tokio y Turquía.

Sí hay que reconocer que la política del PP fue valiente, aunque ya se vio en una conferencia de prensa que no iba a ser una buena portavoz (Ver el vídeo del Intermedio y su quita y pon de los cascos). También hay que admitir que aparentemente se tomó el chaparrón con buen humor y que hasta le ha visto beneficio al asunto, aunque ya no hay asesor que haya nacido para quitarle el mote de la del relaxing cup of café con leche.

Lo que quiero decir es que por mucho “Yes, we can” que te inventes, si no eres Obama o te lo crees te quedas en un “relaxing cup of café con leche…”. Y aquí los asesores, aunque se hayan empapado los discursos de todas las ediciones de los Premios Nobel, poco pueden hacer si al que asesoran es un alcornoque (y de estos últimos abundan). En la mediana y alta política, los políticos antes buscaban cazadores de tendencias para plasmarlas en el papel y pronunciarlas, ahora eufemismos que tapen sus vergüenzas. En el ámbito local o provincial, un tipo que les ayude a no meter la pata en el día a día y que le escriba unas letras para inaugurar una nueva calle.

Luego están los patonazos para el recuerdo. Me acuerdo de aquel alcalde que empleó la palabra escuálido para referirse a un tiburón, otro que creía ser el guerrero de la luz y otro que siempre tenía puesta la coletilla “lo que es”. Ejemplo y siguiendo al anterior: “Aquí estamos para lo que es la inauguración de la calle”. 

En ese momento, al jefe de prensa se le remueven las entrañas porque se imagina el titular del día siguiente y porque sabe que de alguna manera pagará los platos. En eso se han convertido los asesores de prensa, en políticos, en apagafuegos, en adivinos de las preguntas comprometidas y en guardaespaldas de su jefe. Y eso que un día creyeron que iban a poder convencer al político de que el mejor arma para combatir una crisis es transparencia y aportar la máxima información. Obama también se creyó el “Yes, we can”.   


2 comentarios:

  1. Buenísimo. Me he sentido muy identificado con "lo que es" (por cierto, el ministro Guindos lo usa mucho) los discursos del alcalde/alcaldesa en la inauguración de calles. No habré escrito yo discursitos de esos que, o bien el político de turno se los pasa por el forro o bien, en su intento de memorizarlo, acaba descomponiéndolo de forma que la gente al escucharlo se mira con cara de "¿pero qué está diciendo?". Y sí, en general el nivel de los representantes del pueblo es entre deficiente y muy deficiente. Saludos!

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    1. Te doy "lo que son" las gracias, Benjamín. Lo cierto es que el nivelito que hay en general es más bien cortito. Mucha suerte con tu libro El viaje de Pau. Saludos¡¡¡¡¡

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